martes, 10 de febrero de 2015

Escribidor y sin tía Julia
Por Pedro Suárez

Nadie sabe escribir, pero un escritor es el que se da cuenta 
y convierte eso en un problema”
Fabio Morábito



Llegué a pensar que eran cosas mías y de nadie nada más. Una sensación de vergüenza y estupor, imperceptible, me invadía cada vez que alguien me presentaba como escritor: Pedro escribe libros y publica artículos en la prensa. La frase me hacía temblar, tanto o más que escribir libros y artículos para la prensa.

Hablo de una dolencia que me atacó a temprana edad; una enfermedad que el tiempo convirtió en crónica, así, sin más. Para esa época había aceptado que el único confidente posible para mí era un cuaderno a rayas Caribe, de esos que en la contraportada traían impresa las tablas de matemática. Se trataba de contarle mis cosas al papel, sin la menor conciencia del lenguaje, ajeno o pobremente dotado para atender norma alguna de ortografía o gramática. Entraba en conflicto con la vida, y escribía sobre la razón de vivir. Me gustaba la chica del segundo año B, y le acomodaba un poema que no era ni suma de versos ni prosa extendida; veía una película y redactaba una crítica, un juego de béisbol y construía una crónica.

Pero pasó lo que tenía que pasar, aprendí que un acento o una coma podían hacer naufragar un texto; tomé, ahora sí, conciencia del lenguaje. A diferencia de andar en bicicleta, a escribir nunca se aprende. Que hay autores con cientos de libros publicados, quién puede negarlo, aún así estos ensayistas o novelistas de fama sufren el síndrome del payaso antes de salir a escena: temen hacer el ridículo. En definitiva, esquivar la orfandad que sigue al punto final es una constante que pocos confiesan pero que muchos sufren. A ver si me entienden, trato de encontrar una razón que justifique esto que aquí escribo. Leo y releo, tacho, añado, borro, agrego; releo, leo, consulto el diccionario, pienso en la palabra adecuada, me pregunto si es la mejor. Borro, quito, pongo, maldigo un adverbio, esquivo un adjetivo, borro, añado, quito. Así, todo el tiempo.

@pedrojsuarez
Instagram pedrojsuarez

 La maldita guerra El amor es el silencio más fino, el más tembloroso, el más insoportable. Jaime Sabines Mientras las bombas caen, si se ag...