sábado, 4 de abril de 2015

Ratones de cañería
Por Pedro Suárez


Les habrá pasado, descubres que los ratones han tomado tu casa por los restos de excremento esparcidos en el piso. Una noche fui a la cocina por un pedazo de pan y encontré, justo debajo del refrigerador, tres cagarrutas que más parecían granos de  arroz chino que la infame deposición del roedor. Miré a todos lados, como apartando el silencio, y la única evidencia visual que pude recuperar fue la boñiga, inerte, de los que desde ese momento pasaron a ser mis nuevos mejores enemigos. Regresé a la habitación sin el mendrugo que había ido a buscar pero con un trozo de chocolate que apenas mordí me trajo a la memoria una frase que había escupido la tarde anterior. 

Nada te enseña más del hombre que el hombre. La frase, aparatosa pero útil dada las circunstancias que dominaban la situación en la que me encontraba, generó una ráfaga de frío que congeló el café que compartíamos en la mesa. El primero en levantarse se excusó diciendo que tenía que ir a retirar una ropa a la tintorería; después se fue Roger, pero él siempre se va a las cinco y no tiene que dar explicaciones. Me quedé solo y solamente con el que, visto la desmedida arrogancia que exhibía, traté de oponerle el cuchillo de que nada enseña más del hombre que el hombre.

Lo del cuchillo es una metáfora, lo de la arrogancia del señor, no. Hay gente que la acumula como el que aumenta la concentración de ácido úrico en sangre. Lo hacen mientras se hartan de churrascos, y no se inmutan. Diría que lo hacen a placer, sin importar si ofenden o no. A diferencia de los ratones que trabajan a hurtadillas, los patanes lo hacen a cielo abierto. No les importa enarbolar estupidez e ignorancia en una sola bandera. Para romper el hielo que había congelado la tarde le pregunto al patán, que podría llamarse Rodrigo o Vicente, que si no conocía alguna fórmula para atrapar ratones. Le comento que desde hace días percibo un olor extraño en la cocina, y que podría ser orina de ratón. Rodrigo o Vicente, que podría llamarse de las dos maneras, me interrumpe y me dice: eso no es orina, es mierda de ratón. Yo sé lo que es la mierda. Le digo que tiene razón, no puede ser otra cosa que mierda. Pido la cuenta y me despido. Le prometo que haré algo contra esos ratones. 
@pedrojsuarez


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