Por Pedro Suárez
Era un trozo de metal abandonado a su destino de chatarra, y sin embargo brillaba como el que sonríe frente a la ruleta; intenté darle una patada pero me faltó cadera, luego descubrí que no
tenia fémur para tomar el impulso, que el pie era un adorno, un lugar para
aparcar zapatos, que la tibia y el peroné eran un lindo pero indiferente
matrimonio; descubrí que no había lata, y así.
@pedrojsuarez