La maldita guerra
El amor es el silencio más fino,
el más tembloroso, el más insoportable.
Jaime Sabines
Mientras las bombas caen, si se aguza el oido, solo vas a escuchar el temblor que se esconde en los huesos. Pienso en esto mientras veo, en la tv, el estallido de las bombas. Es en Ucrania, podría ser en otro continente, no importa. Es la maldita guerra. Dejo aquí dos poemas. El primero del poeta Carlos Villaverde; el otro que trae recuerdos de Jaime Sabines y de su enorme poesía, es de mi autoría.
La maldita Guerra
La maldita guerra
hela aquí enésima
renacida de cicatrices
que vuelven de otras muertes
en la mordedura del estruendo
del juego perverso con la pólvora y el uranio
que gustan hacer criminales como Putin
que gobiernan Estados
La maldita guerra
que pavoriza los pájaros y despierta
en los ojos desmesurados
de la madrugada de Kiev
donde algún poeta escarba todavía
palabras de escombros
de otro y terrible infortunio
La maldita guerra que empieza
y no escarmienta
que protagonizan inocentes
en sangre vertida en carne magra
sobre el hielo de febrero
otra vez noticia
que al amanecer miramos
extraviados de sosiego.
Carlos Villaverde
El arte de no saber
Yo no sé de guerra
y eso lo sé de cierto.
La guerra
ese lugar
donde crujen los dientes
donde la sangre se hace costra
mancha del tamaño del miedo
grito que muere antes de tocar los labios
vergüenza en la piel.
La guerra
escupidero de malditos
nido en el que muere la inocencia.
Yo no sé de guerra
lo supongo.