domingo, 30 de agosto de 2015

Guillotinadas


El sueño de un dictador: Que le teman.
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El sueño de una dictadura: Ser eterna.
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El sueño de un régimen totalitario: Ser omnisciente.
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El sueño de un paniaguado: Que su amo le pase la mano por la espalda.
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El sueño de un régimen militar: Que la gente obedezca.
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El sueño de un policía: Que la delincuencia se quede en casa mientras está de guardia.
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El sueño de un militar: Tener un subalterno a disposición para humillarlo.
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El sueño de un corrupto: Encontrar una acabala para ofrecer la mordida.
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El sueño de un chismoso: Ser testigo, escuchar, pillar in fraganti.
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El sueño de la velocidad de la luz: Que la alcancen, la pobre siempre va adelante.
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El sueño de la velocidad del sonido: Que nadie la escuche.
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El sueño de un pulpo: Que lo presenten en sociedad.
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El sueño de un cangrejo: Caminar con la frente en alto, y hacia delante.
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El sueño de una abeja: Que la reina no advierta que salió de vacaciones.
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El sueño de un cochino: Que no llegue el sábado.
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El sueño de un torturador: Que alguien tenga miedo, y lo contrate.
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El sueño de un matemático: Sumar acordes de música, que es como se construye el universo.
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El sueño de una pregunta: Valer más de 64 mil lochas.
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El sueño de una conjetura: Que la formule un genio, y la resuelva un tonto.
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El sueño del mar: Que Ulises haga de nuevo su viaje de regreso.
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El sueño de un pez: Volar como un águila.
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El sueño de una mariposa: Durar un día más.
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El sueño de un Samurái: Que su haraquiri sea tan breve como un haikú.
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El sueño de la luna: Desnudar su lado oscuro.
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El sueño del vino: Hacer de celestina antes que se agote la botella.
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El sueño de un insomne: Que no llegue la noche.
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El sueño de un idiota: Que nadie se de cuenta.
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El sueño de un avaro: No tener nada que dar.

@pedrojsuarez

viernes, 28 de agosto de 2015

7 en número

La noria de encontrar la pata del gato en una de sus siete vidas, he allí la tragedia. Basta con dejar al gato, ser gato

- El tiempo de su Big Bang pasó, pero vive de él.

-Pienso en un tratado, breve, donde de noticias de qué hacer con la costra de una llaga.

- La distancia entre la realidad y el discurso del ministro en cuestión es una pedrada, en el ojo.

- El futuro de los circos se prevé sin animales, son más divertidos, más humanos, exigen más de Freud que del calor del látigo.

- Para mi abuela la saliva curaba cicatrices, y es verdad. Utiliza pues las horas de insomnio para untar en esos caminos que no quisiste transitar.

- Es estúpido intentar una colina que se hace plana por el temor de vivir de tu propia respiración.

domingo, 9 de agosto de 2015

Toque antes de entrar

                                      "Mi animal de costumbre me toma por las muñecas,
                                                                                      me seca las lágrimas"
                                                                                       Juan Sánchez Peláez 

Si necesito rezar 
leo a Shakespeare
no siempre, pero puedo jurar que a veces rezo.
Lo hago como Hamlet
cuando interrogaba a la razón 
su peor desgracia.
Lo hago con la vista fija en la colonia de hormigas
que atraviesa el metro cuadrado de mi jardín
mientras sobre sus espaldas conducen una miga de pan
lentamente, como un ataúd bajo la lluvia.
Lo hago al recitar versos 
huérfanos de papel.
Sin proponérmelo, busco 
trazas de piedad en la mirada de los transeúntes
y solo encuentro una metralla de puños apretados.
Mueve a ternura pensar en la edad del árbol
al que recuesto el momento de besar el amuleto 
de esto que he llamado vida.
Escenas de encuadre cerrado
Yo, de niño con una camisa color guayaba
mi hermano Santos enfrentado al brillo de mis zapatos.
Costumbre de bajarle el pico a la vanidad 
casi pudor ante la encrucijada de ser felices.
Aclaro, aquí desbocar no es un verbo
es un caballo que cruza las piedras de una quebrada
pobre y triste por la agonía de saber que nunca será río.
Yo, imitando a Travolta
en un piso de cemento que me manchaba los pies de verdes.
La novia amanecer vencida en mis brazos
y el calor caminando entre sus pezones de liceista.
Nosotros pescando estrellas
sin saber que éramos nosotros.
Desde luego, la calavera en la mano
la espalda inclinada sobre la criba para separar el oro de las dudas.


* Este texto le da nombre a un libro en construcción, un proyecto de esos que temo terminar. 

jueves, 6 de agosto de 2015

De la imposibilidad de patear una lata
Por Pedro Suárez


Era un trozo de metal abandonado a su destino de chatarra, y sin embargo brillaba como el que sonríe frente a la ruleta; intenté darle una patada pero me faltó cadera, luego descubrí que no tenia fémur para tomar el impulso, que el pie era un adorno, un lugar para aparcar zapatos, que la  tibia y el peroné eran un lindo pero indiferente matrimonio; descubrí que no había lata, y así.
@pedrojsuarez 

sábado, 1 de agosto de 2015

Humor y Libertad de expresión*
Pedro Suárez



“...la comicidad es de las pocas cosas serias que van quedando en el país"
                                                                             Laureano Márquez 

Cuando pienso en el humor me viene a la memoria la fantástica acumulación de sorpresas que fue la prosa de Augusto Monterroso, y en la minuciosa tarea de austeridad espiritual que describe Umberto Eco en la novela En nombre de la Rosa. Monterroso no solo nos recuerda que el dinosaurio todavía estaba allí, si no que detiene una mosca en la nariz de un Papa, de un monstruo como Hitler y de una leyenda como Cleopatra. Las moscas, que así se llama el cuento del que les hablo es una alegoría del humor que se alimenta de su enemigo histórico y aliado más fiel, a la vez, el poder. Aliado y enemigo, ¿cómo es eso? Sí, aliado porque el humor sin el poder como referente narrativo es como una ballena varada en la playa, y enemigo porque nada incomoda más al poder que el humor. De allí, por supuesto, a la libertad de expresión solo hay un saltito. De ese saltito les hablaré más adelante. 

Convengamos, antes de seguir, que a veces somos demasiado ligeros al momento de analizar el presente. Descalificamos la historia y lo histórico. No es gratuito que para despachar una relación amorosa cantemos con Héctor Lavoe que ese amor es un periódico de ayer, que nadie más procura ya leer. Sí, qué fastidio leer lo que ya pasó. Pero vean, cuando Jesús de Nazaret responde aquello de que al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios, ¿no se estaba autocensurando? ¿no había allí un contencioso que tocaba directamente a la libertad de expresión? ¿Para un hombre que se hacía llamar el hijo de Dios, acaso le era extraño que se estaba enfrentando al poder político y religioso que bailaban pegados en ese momento? Y miren que no se trataba de cualquier poder, era el más grande poder de su tiempo, la encarnación del imperio más descomunalmente grande de la historia de la humanidad. El episodio bíblico tiene entre sus muchas lecturas, una fundamental para mí, la posibilidad de decir o no lo que nos venga en gana. Si bien hay poco de humor en la respuesta de Jesús de Nazaret, en cambio hay mucho de ironía, y la ironía es prima hermana del humor. 

Ante el temor y el oportuno respeto que sentían los hombres y mujeres del medioevo por la iglesia y el poder que ella representaba, ¿no fue lo más sensato que Galileo, ante el Tribunal de la Santa Inquisición, reconociera que la tierra era plana?, y, ¿no es el humor el que le sirve de justificación ante la historia cuando propone de manera socarrona que sí que era plana Eppur si muove? 

El matrimonio, entonces, entre el poder, el humor y la libertad de expresión es disfuncional, siempre. Los dos últimos, casi siempre, llegan a casa armando zafarranchos; lease por zafarrancho expresar de viva voz o por escrito lo que piensan, y como el poder tiene una piel demasiado sensible le irrita lo que el pueblo piensa de él, sobremanera si no piensa como el poder quiere que piense. Por eso es que el humor es el único que logra desvestirlo. El humor es el que grita que el rey está desnudo.

Cuando a ese héroe civil, gigante de la inteligencia que fue el maestro Pedro León le preguntan así: ¿Zapata, cuánto te pagaron? Está desnudando al rey. Le está diciendo al mundo, este rey le molesta que yo piense distinto a la verdad oficial. Esa magia de obligar al poder a desnudarse solo lo logra el humor. A ver, pero la libertad de expresión es, también y en esencia, un Derecho Humano, y como todos los Derechos humanos, este, también, es irrenunciable.

Regreso a lo que dije arriba, el humor asociado a uno de los argumentos de la novela En nombre de la Rosa, de Umberto Eco; en la novela se discute ampliamente sobre el carácter maligno de la risa, y fundamentan esta afirmación en un supuesto libro de Aristóteles, el segundo que el filosofo dedica a la poética. Más allá de la fascinación que guardan las páginas del libro de Eco, queda esta pequeña punta de hilo para destacar que tanto en la novela como en los patios del poder, la risa es un veneno asociado al humor, y el humor, es sinónimo de libre pensamiento.

Los artistas que hoy nos reciben en sus trazos, genios de todos del humor, han enfrentado con el filo de la inteligencia que les acompaña, al poder. Revisen cómo están sus sitios de trabajo y comprenderán las consecuencias de ese mal matrimonio entre el poder, el humor y libertad de expresión. 

El humor, mis queridos amigos, termina siendo como aquella mosca de las que les hablé al principio, por eso Monterroso nos recuerda que: ‘Es más fácil que una mosca se pare en la nariz del Papa a que el Papa se pare en la nariz  de una mosca’. Podrán entonces apuntar todas las bayonetas -entiendo que la imagen es un anacronismo- contra el humor, pero el humor siempre se las ingeniará para pararse en la nariz del poder y desde esa atalaya, decir lo que mejor le parezca.

@pedrojsuarez


* Texto leído en la apertura de la exposición itinerante de caricaturas “El humor nuestro de cada día” en homenaje al maestro Pedro León Zapata, en Upata, estado Bolívar, el viernes 31 de julio de 2015

 La maldita guerra El amor es el silencio más fino, el más tembloroso, el más insoportable. Jaime Sabines Mientras las bombas caen, si se ag...