martes, 31 de diciembre de 2019

Un 2020 que pudiera ser cualquier año
                                         A un hermano que no es cualquier, Carlos Villaverde



Van dos décadas del siglo XXI y las cosas ya no son iguales que las últimas dos décadas del siglo XX. Algo ha pasado, pero somos los mismos. Es obligación ser "feliz", las redes sociales cumplen el papel de comisarios para certificar tal circunstancia. Está mal vista la tristeza. Si eres solidario, que el  mundo lo sepa, para eso inventaron el selfie. La llaga tiene que aprender a convivir con el laurel. Somos los mismos. Queda la vana tarea de clasificar horrores y alegrías. El puesto en el escalafón lo deciden los comisarios. Como en el siglo XX los políticos son los que pagan la factura del deshonor y el pueblo se exculpa, se coloca en la otra acera y se declara inocente. Al pueblo ni con el pétalo de una rosa. Es verdad, cómo negarlo, que lleva la peor parte. ¿Dónde no es así? Por eso somos los mismos. Con el amanecer del 31 de diciembre llega otra década, la tercera de este siglo. Pero seguimos siendo los mismos. Mucho postureo, algo de arrogancia, y alguno que otro flotando en la inmensidad de un océano que llaman bondad. Pero somos los mismos. Los dinosaurios no contabilizaban los años, simplemente comían y defecaban. Un día les cayó un meteorito y no pudieron decir adiós. Así nos va pasar. Entropía señala el diccionario.
Feliz año 2020

sábado, 21 de diciembre de 2019

El arte de chocar contra una pared
  


Alice Wu, cineasta norteamericana de origen chino, guionista y directora de la aclamada película “Saving Face”, tiene un encanto particular que me detiene: el humor ante lo trágico. Ella es de las que celebra sin disimulo cuando alguien pierde la pisada en una escalera eléctrica, cuando alguien tropieza con una plasta de perro. Quizá esa condición la hace decir que: “Me fascina la ineptitud humana. Raras veces observo el mundo en términos de bien y mal, correcto o incorrecto; creo que la mayoría de la gente se esfuerza en hacer lo correcto. Que “lo correcto” sea tan a menudo lo erróneo, a veces es trágico y a menudo muy, muy divertido”.
La óptica de Alice Wu, o si prefieren su manera de relacionarse con el mundo y con la gente, no sólo es inteligente si no que está insuflada de una elevada dosis de tolerancia para con el prójimo. Es el hacer y dejar hacer. Pero además, es el sentido de la caridad y la compasión ante el error.  Y mire que no  es poca cosa el credencial moral con se presenta ante el mundo. Sobre manera ahora que ser feliz es una obligación que debe registrarse en las redes sociales, y que dejó de ser un asunto íntimo. Abulta su visión, además, la dosis de humor que se requiere para perdonar y no sentirse dueño de verdades inconmovibles porque al final llega la muerte, y con ella el olvido.

Me gusta Alice Wu, me hace bien saber que no es un comisario, y que así se hacen mejores películas. 

miércoles, 11 de diciembre de 2019

Razones esdrújulas
Paul Auster
El amolador de tijeras


Los premios sirven para algo más que recibirlos, y eso hizo Paul Auster en su discurso de aceptación del premio Príncipe de Asturias de las Letras, del año 2006. 

Auster no se quedó en la comodidad del agradecimiento al jurado y a los organizadores que bla bla bla, ni  habló del ¨sufrimiento¨ del escritor al momento de enfrentar la página en blanco, dijo: “Un libro nunca ha impedido que la bala penetre en el cuerpo de la víctima. Un libro nunca ha evitado que una bomba caiga sobre civiles inocentes en el fragor de una guerra. Hay quien cree que una apreciación entusiasta del arte puede hacernos realmente mejores: más justos, más decentes, más sensibles, más comprensivos. Y quizá sea cierto; en algunos casos, raros y aislados. Pero no olvidemos que Hitler empezó siendo artista. Los tiranos y dictadores leen novelas. Los asesinos leen literatura en la cárcel. ¿Y quién puede decir que no disfrutan de los libros tanto como el que más?
En otras palabras, el arte es inútil, al menos comparado con, digamos, el trabajo de un fontanero, un médico o un maquinista”.

Más adelante el escritor norteamericano se interroga, ¿qué tiene de malo la inutilidad?; la pregunta le rompe el cuello al discurso que privilegia lo importante por sobre la necesaria urgencia del ocio, y deja desnudo a los que miran con desprecio el oficio que se ensucia las manos en tareas de quince y último. Crear mundos imaginarios de la nada, en todo caso, es como sentar a la realidad en el lomo de un tigre, conscientes que ésta última siempre supera la ficción. Pero no es más importante que amolar tijeras.

lunes, 9 de diciembre de 2019

Razones esdrújulas


Hitler iba adelante

La iconografía lo muestra en un Mercedes Benz descapotable, con su clásico saludo de la mano derecha extendida. Aparecía hierático, a escasos centímetros del parabrisas, era que le gustaba ir en la parte delantera. Prefería ese puesto porque los judíos ricos, los oligarcas, los industriales, la gente que, según él, despreciaba el pueblo, a los pobres, viajaban en el puesto de atrás. Ese detalle lo hacia distinto, ese gesto traducía su ¨amor¨ por los que menos tenían, por los alemanes postergados, por los de raza pura, superior, la aria; antes había autorizado la construcción del Volkswagen para que todo el pueblo pudiera tener carro propio. 
Así encantan los demagogos y populistas, esa es su chistera para cumplir el acto de multiplicar el odio, y sembrar el resentimiento contra los que le ``robaron´´ su glorioso pasado; de allí sacan conejos, corazoncitos y, cómo no, las lágrimas a quienes se dejan encantar. La historia, si para algo sirve, es para dejar espejos donde podemos verle la cara a las imposturas, y a los impostores.

Nota

Razones esdrújulas cerraba la columna Remiendos, que por casi diez años publiqué en el Diario Correo del Caroní. En ese espacio me dejaba ganar por la ¨razón poética¨, y le huía a la insufrible realidad que trae consigo la actualidad noticiosa. En días pasados encontré una carpeta donde reposaban algunas copias de Remiendos; releyendo, sentí que lo único que podía salvarse eran las esdrújulas de Remiendos. Aquí las dejo para mis lectores. De a poco las iré publicando. 

lunes, 18 de noviembre de 2019

Estas son noticias, en forma de noticas


Prueba Microscópica * 


Este libro, en construcción y ahora reducido a semilla, nació como idea en los días próximos a la publicación de ¨Brindis para irse¨. De a poco, y sin otro motivo que el nombre tentativo de lo que deberían ser ensayos en el aire, asomos, escritos que tomaran distancia de lo que hasta ese momento había sido mi voz, fui acumulando textos que de manera esporádica guardaba en esta gaveta. En ocasiones eran simples anotaciones, proyectos de poemas en los que solo aparecía una línea, un verso quizá. El caso es que ¨llegó¨ ¨Toque antes de entrar¨, y, como su nombre lo indica: entró sin pedir permiso ni preguntar. En la práctica, secuestró parte de los poemas que había escrito para ¨Prueba microscópica¨. Hizo músculo el tal ¨Toque antes de entrar¨, y es posible que en el primer trimestre del año 2020 haga su aparición en papel; acompañando a ¨Remiendos¨, ¨Perfil de aguja¨, ¨50 haiku para amarrar el sol¨, y ¨Brindis para irse¨; todas, ediciones agotadas, que en forma de suma poética intentaran escurrir el inequívoco olvido.

domingo, 17 de noviembre de 2019


Una muesca de dos números iguales





I
Me gustan los poetas tipo José Emilio Pacheco o Rafael Cadenas, poetas que cierta timidez confundida con un oportuno escepticismo los llevaron al saludable estadio de huirle al vicio de tener la razón. Por eso Cadenas alcanza uno de sus momentos más elevados cuando reconoce la derrota como un sino de su vida. Por eso el mexicano Pacheco se declara apatrida, de esos que aman el temblor de los ríos de su nación, y la brisa de sus montañas, pero que nadie lo mueve al descreer en banderas y en dogmas que como el maíz se le lanzan a los incautos para que alimenten sus convicciones. Así era Abraham Salloum Bitar (ASB), le huía a las iglesias y a los dogmas absolutos, no en vano fundó su Escuela de Dudas, recordada columna periodística que daba nombre a sus artículos. Desde allí asomaba su cabeza al mundo y nos decía: ¨A mí me parece¨. Luego, en el incienso de su no-iglesia, abonaba en la luz de la llama en vela que fue su obra escrita y que lo conserva en la memoria de los que tuvimos la suerte de conocerlo.

II
A mí me parece que la poesía no pide que nos quitemos el sombrero para ingresar a sus patios, pero como Fernando Pessoa -quizá el escritor más importante del siglo XX en lengua portuguesa- pienso que la historia espiritual de un país lleva algunos gramos de otra verdad si se asocia a la voz de sus poetas. Para Pessoa, era imposible entender a los griegos sin Homero; a Inglaterra, sin Shakespeare; a España, sin Cervantes; a Portugal, sin Luis de Camoes; a Francia, sin Baudelaire o Rimbaud. Luego, a mí me parece que ASB estaría feliz al saber que en su nombre y memoria se convoca a la poesía para que extienda su voz en la voz de los poetas. Pero también me parece, y no es ocioso acotarlo, que será difícil armar el ajedrez de la poesía venezolana de final del siglo XX y de principios de éste que comienza sin leer las páginas que dejó ASB en sus ocho libros publicados.

ABS nació en Siria, en el pueblo Ayoun El Wadi, en 1953; su infancia y adoslecencia la vio transcurrir en Angostura. Se vino de Siria en 1956, movido por las costumbres políticas de su padre; traía los ojos llenos de arena y se los lavó con agua del Orinoco y en los atardeceres de Ciudad Bolívar, donde falleció el 21 de mayo de 2005.


De él se dice que era un príncipe llegado desde un lejano país de arena y piedra, otros que era la reencarnación de un camello que amenazó con secar las aguas del Orinoco; no se sabe cómo ni cuándo pero se da como verdad indiscutida que supo bañarse dos veces en el mismo río; se insiste en que era un cartógrafo del alma, hombre entregado a leer en las vísceras de los días como quien busca señales en un oráculo; algunos lo acusan de haber sido tipógrafo y psiquiatra de Nietzsche, que había participado, con un cansado y ciego Jorge Luis Borges, en la construcción imaginaria de una Biblioteca infinita; los más exagerados hablan de su amistad con Platón, y refieren sus largas discusiones con Aristóteles. Discípulo de Cioran, ensayaba mínimas y lacerantes elucubraciones donde sometía al escarnio la supuesta bondad del hombre; insinúan que en sus ratos de ocio dedicaba el tiempo a componer arduas e inútiles ecuaciones matemáticas, que tenía por costumbre escribir versos para nombrar a Dios, dibujar laberintos y exorcizar incubos. De México se trajo la costumbre del tequila, que lo tomaba como el que conversa en susurro, pero sin el miedo que inunda las páginas de Pedro Páramo; si se le prestaba atención a los dedos de sus manos podía inferirse que la música se encontró con ellas en las calles de un piano imaginario. Salsero como era, le gustaba el jazz, las peripecias vocales de Héctor Lavoe e Ismael Rivera; es verdad irrebatible que tuvo mujeres y amó a su hijo Gabriel con la nostalgia que sentía Ulises por Telémaco; caminaba y hacia sonar con su voz los adoquines de la vieja Angostura mientras las campanas de la catedral sonaban a su espalda, de esto último fui testigo en tardes que se trasmutaban en noches de domingo y palabras.

¿Quién es éste que es?

Pues quien sino Abraham Salloum Bitar (ASB), el poeta, el filósofo, el matemático, el erudito, el poeta eterno de Ciudad Bolívar que ya no recorre sus calles ni le canta a las aguas del Orinoco porque se fue a la otra orilla.
De la lectura de la obra de ASB se pueden extraer dos certezas, dos convicciones. La primera de estas certezas es que Abraham es de esos hombres que sirven para explicar el efecto mariposa: su partida desencadena fuerzas ocultas que hacen que el mundo sea distinto, diferente. 
La segunda certeza, la que lo mantendrá en la memoria de los amantes de la poesía, es la de que ASB es un poeta excepcional, quizá uno de los más grandes poetas del siglo XX venezolano, y uno de los más importantes de habla hispana. 

III
Su palabra

La fuerza de sus versos queda para los lectores venideros como esa llama que no cesa. El lector podrá comprobar, si se expone la poderosa luz de esos versos, que ASB decía verdad cuando declaraba que: “este soy yo y me miro recorriendo el camino entre Dios y nada ̈. Y es que ese es el camino del poeta, crear para decir y decir para ser ese Nadie que permitió vaciarle el ojo al Cíclope. Es pues la “astucia” de la inteligencia y el instinto de poeta lo que puede leerse en su palabra, a ella se entregó toda la vida y sólo a través de ella pudo decirnos estoy y estuve aquí.

*Abraham en tono de Bienal
Parte de este texto fue leído, el 31de mayo de 2014, en la entrega del premio de la Bienal ASB, y se fue reescrito para la celebración del 66 aniversario del nacimiento del poeta ASB.
Pedro Suárez

martes, 29 de enero de 2019

Usado y sin caja


Este iPod
es de esos que le das con el dedo
y los nombres de las canciones bailan como en el hielo.
En la caja decía Touch de 16g
con capacidad para 5 mil canciones y tantas fotos
conexión wifi y pantalla retina.
Te describo el contenido de la caja porque el iPod es viejo.
Lo compré para mi hija
pero a ella le queda pequeña la música y negoció
conmigo otro bichito 
uno con el que pudiera, además, navegar, hablar y escuchar música.
En mis manos le abrí el vientre, al iPod
le confié mi ID de Apple y le vacié 
tantas canciones como indicaba la caja
pero no las que decía la caja porque no ordenaba qué bajarle.
Te cuento y para contarte tengo que confesarte
la razón del tono y ruego de permiso para regalarte un iPod viejo.
Y es que no sé si te gusta Mika remedando a Freddy Mercury
o si su Grace Kelly ponga en duda la voz del inglés.
Cómo adivinar si John Mayer te llega a parecer demasiado melódico
o si Buika exacerba tu alergia.
Acaso, me pregunto, si Bobby McFerrin te parecerá lento
Sodade de Cesaria Evora, cosa de viejos
los solos de Eric Clapton y sus blues, lánguidos
el Bad to the Bone de George Thorogood, trillado
Julieta Venegas, Juan Luis Guerra, Juanes, Eliane Elías
Miles Davis y su trompeta para caminar por la playa
el Paul McCartney de Kisses on the Bottom.
Pienso que Robbie Williams te ayudará 
a recortarle los dientes a las largas noches en tu celda
junto a las Toccata and Fugue in D minor de Bach
me pregunto por el poder de sanción del Madama Butterfly de La Divina Callas
Ray Barreto, Joaquín Sabina, Cerati, el Miguel Bosé de Papito
Jonny Lang, Sting, Armando Manzanero, Ennio Morricone.
Es un iPod viejo y lo que importa es que puede vencer su vejez
Dorian Gray lo envidiaría 
renace y se recrea a la orden de tu momento.
Se rehace Beatriz, se hace de ti
necesita de tu universo y del cinetismo de tus sueños 
Doy por cierto que no será indiferente a la necesidad de tu oreja
la misma por donde Rabelais puso a nacer a Gargantua.
Es un iPod viejo Beatriz pero no es de garaje
nunca estuvo a la venta
déjame regalartelo.

* Si Beatriz habita en el infierno, donde toda incomodidad tiene su asiento, como Cervantes dijo de una prisión, y recibe de regalo un túnel de música, ¿acaso será verdad que logra su libertad?

 La maldita guerra El amor es el silencio más fino, el más tembloroso, el más insoportable. Jaime Sabines Mientras las bombas caen, si se ag...